Actualmente se busca a toda costa el cuidado del medio ambiente, especialmente en la industria de producción y consumo, por esto se explora todas las alternativas que se puedan implementar en el mercado que sean amigables con el ambiente. Partiendo de esto, el biocomercio es un conjunto de actividades de recolección, producción, transformación y comercialización de bienes y servicios, pero con la diferencia de que se enfoca en que estas actividades se desarrollen de manera sostenible, aprovechando los recursos naturales que brinda la biodiversidad de una manera responsable que no perjudique el ambiente. Existen muchas actividades que se apegan a este concepto, una de ellas es el cultivo de algas.
La alguicultura es una práctica sostenible y versátil que consiste en el cultivo de distintas especies de algas, dividiéndose estas en microalgas y macroalgas, las primeras utilizadas para el consumo humano y las segundas que, como su nombre lo indican pueden presentar grandes tamaños actuando como aportadoras de oxígeno. El cultivo de estas algas puede tener distintos propósitos como:
- Producción de biocombustibles, que se los considera como una alternativa sostenible a los combustibles fósiles.
- Cosmética, que por sus propiedades hidrantes y antioxidantes se pueden encontrar en cremas, lociones, mascarillas, etc.
- Purificación de agua, las algas pueden eliminar contaminantes del agua.
- Productos farmacéuticos, se pueden producir antibióticos, anticancerígenos y antivirales.
- Acuicultura, pueden servir de alimento para los animales marinos.
- Alimentación, siendo esta la más conocida debido a que brinda proteínas, vitaminas y minerales.
Estos son algunos de los propósitos que se pueden presentar gracias a los beneficios que da el cultivo de algas, que son: la producción de una gran cantidad de algas en un mismo lugar, la sostenibilidad frente a la agricultura tradicional porque no se utilizan tierras agrícolas ni agua dulce, y los beneficios ambientales que estas brindan debido a que las algas ayudan a limpiar el agua contaminada y a combatir el cambio climático.
Muchas empresas alrededor del mundo están implementando cada vez más esta práctica en el biocomercio, por ejemplo, en China se produce biodiésel, en USA plásticos biodegradables, en India medicamentos, entre otros.
El cultivo de algas puede contribuir de una manera significativa a la economía global y al biocomercio. Es una industria de crecimiento rápido y una gran versatilidad en cuento a la producción de una amplia gama de productos y servicios sostenibles.
El biocomercio es un campo que tiene un gran potencial para generar un impacto positivo en el mundo. En tanto que, la demanda de los productos sostenibles aumente este campo irá desempeñando un importante papel en el crecimiento de la economía global.
Para finalizar, se puede recalcar que a pesar del gran impacto que está generando el cultivo de algas, todavía se pueden aplicar otras actividades y técnicas que ayuden al objetivo principal del biocomercio contribuyendo al cuidado y conservación de la biodiversidad del ambiente.
Fuentes:
Fernanda Gordón
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