En el 2011, toda América Latina ha vivido con el temor de verse afectada de la crisis económica que padecen la Unión Europea y Estados Unidos, tanto por la revalorización de las monedas locales por la debilidad del dólar, como por las amenazas de un repunte inflacionario y por la caída del precio de los commodities (Término anglosajón que se aplica a todo producto heterogéneo vendido a granel, tales como metales, petróleo y granos que a menudo se venden en mercados financieros internacionales.).
Entre los países que han apostado por China, vemos a los petroleros Venezuela y Ecuador.
Venezuela al haber dado por cerrada la puerta de las inversiones petroleras en Estados Unidos, hoy apunta a Asia y a El Caribe como espacio para sus inversiones. El gerente general del Centro de Refinación Paraguaná de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Jesús Luongo lo anunció así: “vamos a crecer en El Caribe y Asia, vamos a pasar de 2,8 millones de barriles refinados a 4,4 (millones) en 2019″.
Para Venezuela, China se considera “un gran socio estratégico comercial” pues le vende unos 400.000 barriles de crudo. China tiene “una gran necesidad de energía” y es “la segunda economía del mundo”, comentó el ejecutivo venezolano.
Igualmente, Ecuador tiene en China otro gran comprador pues Ecuador está destinando el 50,6 por ciento (unos 246 mil barriles diarios) de su producción petrolera a China.
Las exportaciones de Ecuador hacia la Unión Europea (UE) se concentran en agricultura y pesca, sobre todo en productos tradicionales como banano y camarones. Otros, sin embargo, como mangos y papayas tienen potencial, sus ventas se han incrementado en los últimos años, pero debemos tomar en cuenta que las preferencias arancelarias vigentes rigen solo hasta el 2013 y benefician a 9 de los 10 productos principales, por lo cual Ecuador se vuelve más vulnerable cada día.
Ecuador depende ahora más que nunca de las relaciones comerciales establecidas con los países asiáticos, especialmente China.
Por otra parte, el superávit comercial de Brasil se redujo en septiembre en relación al mes anterior. Brasil tuvo un superávit comercial de 3.074 millones de dólares en septiembre. En agosto, el superávit comercial fue de 3.873 millones de dólares.
La desaceleración brasileña unida a la devaluación del real y a las medidas proteccionistas del gobierno de Dilma Rousseff dañan especialmente a Argentina que depende tanto de China, con respecto a la soja, como de Brasil en cuanto a la industria automotriz.
El FMI ha señalado que la dependencia de la región con respecto a las ventas externas de commodities como proporción del PIB ha aumentado. Según el organismo, hace 40 años eran en promedio el 6 por ciento, mientras que el año pasado representaban el 10 por ciento.
En Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Venezuela y Bolivia, más de la mitad de sus ventas al exterior corresponden a materias primas. En Brasil, Argentina, Uruguay, representan entre el 30 y el 50% y en México son casi la tercera parte.
La región continúa siendo vulnerable, en especial los países que exportan energía y metales. Es el caso de Colombia, Ecuador y Venezuela, en donde las exportaciones energéticas representan en promedio el 80 por ciento del total, así como Chile y Perú, en donde los metales representan el 60 por ciento del total de las ventas.
FUENTE:
http://www.infolatam.com/2011/10/06/latam-las-exportaciones-tiemblan-ante-la-desaceleracion-china/
AUTOR:
Diana Guerero
Saskya Herrera
Diana Baldeón
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