Se puede definir el biocomercio como una práctica empresarial que busca la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico al mismo tiempo, ha surgido como una fuerza poderosa en la conservación de la biodiversidad y el empoderamiento de las comunidades locales. En este artículo exploraremos cómo el biocomercio puede mejorar las oportunidades de las comunidades locales y fortalecer la conservación ambiental, además de favorecer el desarrollo económico de países megadiversos.
El término desarrollo sostenible se introdujo hace más de dos décadas, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río en 1992. En esta conferencia se aprobó el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), firmado por más de 150 líderes mundiales, concebido como una herramienta práctica para asegurar la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus elementos y la distribución equitativa de sus beneficios. Este evento sentó las bases para futuras iniciativas que busquen abordar los problemas extremos como la reducción de la pobreza a través de la conexión entre el medio ambiente y el crecimiento económico.
Desde entonces ha quedado claro que la biodiversidad y los recursos naturales son elementos cruciales para el desarrollo de los países, especialmente los más desfavorecidos, que son, irónicamente, las naciones con mayor diversidad biológica del mundo. La biodiversidad proporciona a la humanidad una amplia gama de productos esenciales para la alimentación, la salud y la vivienda. Además, juega un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas al proporcionar servicios ambientales esenciales, como la regulación del ciclo hidrológico, el control de la contaminación, la fertilización del suelo y la prevención de inundaciones.
En el esfuerzo por vincular la conservación de la biodiversidad con opciones productivas que beneficien el bienestar de las comunidades locales, han surgido términos como Biocomercio, Bionegocios y Mercados Verdes, entre otros. El Biocomercio es el término utilizado para describir todas las acciones relacionadas con la recolección, producción, transformación y venta de bienes y servicios provenientes de la biodiversidad nativa, realizadas con estándares de sostenibilidad ambiental, social y económico.
En los países desarrollados, los consumidores han mostrado una clara propensión hacia los productos orgánicos y biodegradables, a menudo etiquetados como naturales, tradicionales o sostenibles con el medio ambiente. Este fenómeno ha generado oportunidades en el comercio de bienes y servicios derivados de la biodiversidad, que ahora son reconocidos como una valiosa fuente de ingresos y desarrollo para naciones que cuentan con importantes riquezas naturales como los países de la Comunidad Andina, entre ellos Ecuador.
El biocomercio es posible gracias a esas empresas y negocios que incorporan principios y estándares de sostenibilidad en sus operaciones comerciales, estas iniciativas emprendedoras no sólo generan beneficios económicos, sino también ambientales y sociales. La diferencia entre el comercio tradicional y las prácticas de biocomercio radica en que estos últimos operan en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), con el objetivo de conservar la biodiversidad y al mismo tiempo promover el desarrollo humano y económico de las comunidades locales que dependen de estos recursos.
Con esto podemos decir que existen grandes oportunidades de mercado para productos derivados de la biodiversidad, lo que ofrece amplias oportunidades de crecimiento para los países andinos. Hoy en día, productos como las flores tropicales, frutas exóticas, peces, mariposas, plantas medicinales, ingredientes naturales e incluso el ecoturismo ocupan un lugar importante en el mercado global.
Dado la circunstancia de contaminación a la naturaleza, cada vez toma más relevancia el cuidado del medio ambiente en el mundo. Con el afán de reducir daños a nuestro planeta, el biocomercio ha sido una opción de sostenibilidad ambiental, social y económica, permitiendo a países que gozan de una gran diversidad bilógica ser competentes en el mercado global.
Las iniciativas de biocomercio están experimentando un crecimiento exponencial a nivel global, ofreciendo así oportunidades de desarrollo a los países de la Comunidad Andina, reconocidos por su alta biodiversidad. Es por eso que los emprendedores del país deben aprovechar esta oportunidad en el mercado global invertiendo en productos que se consideren ambientalmente sostenibles e incentivando a su consumo.
Referencias:
CAF, SGCAN, y UNCTAD. (2005). Biocomercio en la subregión andina. Oportunidades para el desarrollo. CAF. Retrieved from https://scioteca.caf.com/handle/123456789/661
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