Este acuerdo bilateral de dio cumpliendo uno de los principios fundamentales de comercio justo al considerar las fortalezas y debilidades de cada una de partes; se analizaron las diferentes sensibilidades que presenta cada sector productivo.
El acuerdo se maneja bajo diferentes mecanismo en el área de carnes y procesados de bovino, carnes y procesados de aves; maíz, soya, arroz y cada uno de sus derivados presentan exclusiones totales es decir no presenta desgravación. Por otra parte para la cadena de productos lácteos; vegetales, embutidos, alimentos para animales, balanceados; presentan desgravaciones parciales.
Se hace uso de Sistema Andino de Franjas de Precios para todos los tipos de aceite y omega tres como son el aceite de maíz, girasol, soya, colza; grasas y aceites vegetales; y entre las salvaguardias que se plantearon fueros a productos como cebolla, frijoles y quesos maduros.
El acuerdo permite un incremento del comercio en cerca de $1500 millones solo en el sector agrícola; este acuerdo se muestra muy favorable en casi toda la oferta exportable agrícola con un ingreso de 0% de arancel a excepción del banano.
Entre los productos de acceso inmediatos están productos como: flores, preparaciones alimenticias, licores y derivados, tabaco, confitería, la mayoría de frutas, cereales y harinas, café y cacao (sin azúcar), oleaginosas (sin contenido de lácteos).
Este acuerdo genera un importante crecimiento para el sector productor y agrícola del país, sustentando gran parte del agro negocio familiar, lo que permite desarrollar las microempresas nacionales y presentar proyecciones abastecimiento a mercados más grandes.
Es recomendable mantener la calidad en cada uno de nuestros productos porque es a través de esto que podemos hacer diferencia entre los productos extranjeros y crear un acercamiento con el mercado europeo.
Fuente: Ministerio de Comercio Exterior.
Autora: Sara Granja
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