El biocomercio emerge como una respuesta innovadora y sostenible a la explotación de la biodiversidad, combinando prácticas comerciales con la conservación del medio ambiente y el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales. Sin embargo, su éxito y efectividad dependen en gran medida de un sólido marco legal y político que regule las actividades relacionadas con el acceso, uso y distribución equitativa de los recursos biológicos y los conocimientos tradicionales.
El biocomercio, como concepto, se enmarca dentro de un contexto global donde la biodiversidad se reconoce como un activo valioso que requiere protección y gestión sostenible. En este sentido, diversos tratados internacionales y acuerdos multilaterales han sentado las bases para el desarrollo de políticas y regulaciones que promueven el biocomercio como una alternativa económica viable y respetuosa con el medio ambiente.
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Imagen obtenida de (Pineda, 2022)
El biocomercio, como paradigma económico, se encuentra intrínsecamente vinculado a un robusto marco legal y político que busca regular las actividades relacionadas con la biodiversidad y garantizar un equitativo reparto de los beneficios generados por su uso sostenible. Este desarrollo legislativo y político es esencial para abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrenta nuestro planeta, así como para promover prácticas comerciales justas y respetuosas con el medio ambiente.
A nivel internacional, la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), adoptada en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, es uno de los pilares fundamentales del marco legal del biocomercio. La CDB establece los principios y objetivos para la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización. Además, el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización, adoptado en 2010, proporciona un marco específico para regular el acceso a los recursos genéticos y la distribución de beneficios asociados, reconociendo los derechos de los países sobre sus recursos naturales y los conocimientos tradicionales de las comunidades indígenas y locales (Lexis S.A, 1997).
En resumen, el biocomercio surge como una solución innovadora y sostenible para la explotación de la biodiversidad, integrando prácticas comerciales con la conservación ambiental y el desarrollo local. Su eficacia depende de un sólido marco legal y político que regule el acceso, uso y distribución equitativa de recursos biológicos y conocimientos tradicionales. A nivel global, tratados como la Convención sobre la Diversidad Biológica y el Protocolo de Nagoya establecen principios para la gestión sostenible y el reparto justo de beneficios. Este desarrollo legislativo es crucial para abordar desafíos ambientales y sociales, promoviendo prácticas comerciales justas y respetuosas con el medio ambiente.
Recomendaciones
- Cumplir con las leyes y regulaciones en biocomercio promueve prácticas comerciales responsables que integran la conservación del medio ambiente con el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales, asegurando que los beneficios sean sostenibles a largo plazo.
- El marco legal establece regulaciones para el acceso, uso y distribución equitativa de los recursos biológicos, lo que ayuda a prevenir la sobreexplotación y el agotamiento de especies y ecosistemas.
Bibliografía
Lexis S.A. (1997). Ley de comercio exterior e inverciones . https://www.uasb.edu.ec/observatorio-pyme/wp-content/uploads/sites/6/2022/02/Texto-Legal-N%C2%B08.pdf
Pineda, J. A. (2022). Encolombia. https://encolombia.com/economia/economia-intro/comercio-internacional/
Autor: Changoluisa Johao
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