Existen regulaciones que afectan a las operaciones de comercio exterior y muchas de ellas impiden que estos avancen. Aunque claro, estas tienen como fin, la protección de las industrias e incluso la preservación y cuidado de la misma vida humana, animal y vegetal.
Así tenemos por ejemplo la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (AGROCALIDAD), que es un ente anexo al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP). El Ecuador y los demás países miembros de la CAN mantienen prescripciones sanitarias y fitosanitarias comunes respecto de 31 productos agrícolas y de la mayoría de animales y sus productos, entre los que destacan para el registro y control de plaguicidas químicos de uso agrícola.
Según las autoridades, las medidas sanitarias y fitosanitarias se basan en un análisis de riesgo de plagas y cuando se niega un certificado se hace sobre la base de pruebas científicas y además de la licencia de importación, las importaciones de animales, vegetales y sus productos deben estar amparadas por un certificado zoosanitario o fitosanitario expedido por la autoridad sanitaria oficial del país de origen.
En el caso de los certificados fitosanitarios, es posible que se exija que vayan acompañados de un certificado de fumigación o de tratamiento cuarentenario emitido por el país de origen. Una vez aprobada la importación, AGROCALIDAD expide un permiso zoosanitario o fitosanitario, en el que hace constar el tratamiento y las condiciones que el producto debe cumplir para poder entrar en el país.
Las importaciones amparadas por un certificado zoosanitario o fitosanitario están sujetas a inspección física por parte de AGROCALIDAD en el puerto de entrada. Si la inspección física arroja un resultado satisfactorio, AGROCALIDAD emite un documento fitosanitario para que se proceda al despacho.
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