Resumen:
Debido las nuevas normas; muchos representantes de hoteles, licorerías, despensas y otros locales que expenden licor; tiene el temor de que en los próximos meses no puedan comercializar botellas que no cumplan con las normas de etiquetado nacional.
Esta norma consiste en que todas las botellas de licor que se embarquen al país deberán contar con la nueva norma de etiquetado, establecida dentro del mismo documento. Este determina que en la etiqueta frontal conste el nombre de la empresa importadora. En la cara posterior podrán colocarse los datos del Registro Sanitario, normas técnicas ecuatorianas, etc. No es posible, a excepción de licores cuya información conste directamente en el envase, colocar etiquetas adhesivas adicionales o auxiliares. (Resolución 300 de la Aduana del Ecuador emitida el pasado 9 de agosto).
Pero el inconveniente se da según; Felipe Cordovez, presidente de la Asociación de Importadores de Licor, " Que hay productos, de todas las categorías (whisky, ron, vodka, vinos, cremas, entre otros) que tienen volúmenes suficientes para que un productor mundial haga una etiqueta especial solo para Ecuador, otros no. Por ejemplo, hay whiskys caros que llegan muy poco y no harán una etiqueta particular. (...)". Por lo se ha solicitado a la Aduana que permita en algunos casos el uso de etiquetas auxiliares donde se detalle la información que exige la norma.
Además Se calcula que de publicarse la norma estos días y al cumplirse el plazo dado por la Senae, estarían en las calles del país entre 50 000 y 80 000 cajas de 9 litros sin cumplir el nuevo etiquetado y tendrían que reexportarse. Por eso piden que se amplíe el tiempo.
Para la importadora Licsur, de Román Arteaga, la Resolución de la Senae tiene varios puntos positivos. Sin embargo, él cree que el plazo para el cambio de las etiquetas es muy corto y generará pérdidas para el sector. En su firma hay 700 000 botellas en bodega. "Sería imposible que coloquemos todo eso en el mercado en cuatro meses". De entrar en vigencia la medida, la pérdida sumaría USD 8 millones. Además, se pueden generar reclamos de los clientes a quienes se les entregó el licor, dice.
Conclusión:
Para mi opinión esta norma está muy bien si el objetivo es ayudar a combatir la venta de licor adulterado; aunque es algo muy difícil debido a que según testimonio algunos de ellos utiliza botellas de marca para ahí distribuir licor adulterado y venderlo en bares o discotecas.
Por otra parte la SENAE si debería tomar en consideración aplazar el plazo para el etiquetado ya que un 70% de la empresas si piensan acogerse a este tipo de exigencias pero si se le amplía el plazo, ya que para tan poco tiempo; etiquetar botellas que están listas para su importación representaría un costo elevado para el fabricante y para el importador, y el cual se verá reflejado en el precio de venta al público haciendo así disminuir sus ventas.
Además si sería bueno permitir el uso de etiquetas auxiliares ya que muchas empresas pueden optar por no vender el producto a Ecuador; debido a que no están dispuestos a generar etiquetas solo para dicho país. Esto se daría en cuanto la importación de grandes marcas de licor.
Nombre: Michelle Pamela Carrillo
Fuente: Diario el Comercio
Fecha: 22/09/2013
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