Ronalt Poaquiza
Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE)
El proyecto lleva un nombre que abarca más de lo que cabe dentro de su enfoque, se refiere a “Incentivos a la Producción” enfocándose únicamente a “Incentivos Tributarios a la Producción” dejando de lado a los financieros; de formación y capacitación del talento humano; promoción de las exportaciones; facilitación de las importaciones de bienes de capital, insumos y materias primas; desarrollo de cadenas y clusters productivos; procedimiento y trámite; entre otros. Los incentivos al igual que el Código de producción tendrán poco efecto real; son medidas que no consideran en serio el incentivar a las empresas productoras y que, dentro de la misma ley, establecen reglas demasiado exigentes para la nueva inversión extranjera que pretende atraer y mecanismos de exagerado control para reducir el fraude fiscal: Que a su vez busca mejorar las recaudaciones del Estado, por medio de normas destinadas a mejorar el control gubernamental, olvidando que la acumulación de normas complica su aplicación, aun peor, cuando las normas son complejas y sujetas a cambios frecuentemente, dificultando la acción de empresarios, además quienes las aprueban las desconocen poco después debido a que no se ajustan a sus intereses políticos. Esto provoca inseguridad e inestabilidad jurídica; Los empresarios no podrá planificar sus actividades por miedo a que estas leyes cambien. Sus planes, programas y proyectos como: presupuestos financieros, se podrían derrumbar. Esta ley no facilita las tareas de las empresas, sino que las entorpecerá y agravara.
El país necesita reglas claras y estables para los empresarios, sino se irán del país, como ya lo han hecho algunos, y los extranjeros ni siquiera pensarán en invertir, teniendo alternativas como Colombia y Perú, que, no están lejos pero son política y económicamente distintos y confiables. Cuando se va a formar una empresa en este país, se presenta una lista de obligaciones de orden legal, fiscal, laboral, ambiental, sanitario, de control del poder del mercado, de restricción a invertir en ciertos sectores reduciendo la acción de los emprendedores, controlando las inversiones, pagos al fisco, requisitos de funcionamiento, limitaciones a las utilidades de los empresarios y los trabajadores, además, el mercado disponible es solo el propio o el de la Comunidad Andina.
El gobierno debe definir “leyes” claras y estables para los empresarios, permitiendo multiplicar y fortalecer los sectores productores, así se podrá cambiar realmente la matriz productiva con éxito; sino cada día estamos más alejados de trabajos dignos, bienestar y de la nueva era económica.