Se entiende que el Ecuador es uno solo y que debemos poner en práctica ese supuesto cada vez que el país interviene en asuntos que incidirán es su destino. La gestión de acuerdos con otras naciones es uno de los ámbitos donde esa unidad debe salir a relucir sin contradicciones.
El sector público y el sector privado trabajando conjuntamente para lograr beneficios para todos los ecuatorianos, es un ejemplo palpable de uniformidad. Alcanzar un acuerdo comercial con otro Estado requiere una alta dosis de pragmatismo, mucho análisis técnico, pero sobretodo escuchar la realidad de los actores principales: los empresarios.
Son pocos los ejemplos que tiene el Ecuador en materia de acuerdos comerciales. Por tanto, pocas son las experiencias de trabajo coordinado entre gobierno y sector productivo en negociaciones de este tipo.
Por eso destacamos el proceso llevado a cabo con Guatemala, que más allá del análisis profundo de su contenido, de los pros o de los contras que pueda acarrear, ocurrió algo que esperemos sea la tónica en futuros procesos: negociar como país, bajo la premisa única de beneficiar a todos, de evitar perjuicios para todos, más allá de la ideología política de cada parte.
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